Toda: reflexiones de una perra sumisa

La canción "Toda" de Malú, siempre me ha gustado, porque el amor, la entrega hacia la otra persona es así. La entrega completa, sin pegas, sin prejuicios, sin miedos, porque la confianza es primordial, aunque a veces se puede sentir temor ante algo que uno desconoce, ante los deseos de la otra persona, que nunca habías pensado realizar.

Pero si la entrega es libre, no la veo como una esclavitud, ni como una sumisión como la concibe mucha gente. Cuando el ofrecimiento es voluntario, la liberación es absolutamente gratificante. Dos personas se convierte en una sola, en la completa fusión de cuerpo y alma.

El placer se comparte y los deseos también. El único pensamiento es ver el placer reflejado en su cara, en sus gestos, en sus palabras y en sus caricias. A veces no es sencillo, aunque se desee, porque al entregarse así, toda y entera, entregas el cuerpo para el uso y disfrute; para ser usado, retocado, grabado, prestado, exhibido.

Nadie que haya experimentado una entrega completa podrá entender que se pueda alcanzar un grado de felicidad máximo. Hay una conexión total y una palabra, un gesto, una mirada bastan para cumplir su voluntad. Una conexión tan increíblemente maravillosa que la excitación es continua y con ella el placer de sentirse así: entregada, perra, golfa, caliente.

Así me tienes tú a mi , mi AMO, mi vida; deseando satisfacerte, esperando tus caprichos y al cumplirlos mi placer es increíble y quiero más, deseo más, deseo ser mas tuya, despojarme de mis tabúes: sin importarme lo que los demás piensen, sin miedo al qué dirán, sin miedo a tus caprichos porque sé que siempre me protegerás y nunca correré un peligro innecesario.

Confió en ti, me das calma, me excitas, me liberas, me atas, por eso te adoro. Siempre te digo que nunca nadie había logrado darme esta sensación; esta sensación que me vuelve loca y que deseo que vaya en aumento cada día, cada hora, cada segundo.
Te adoro, Antonio.

Te adoro, y por ello te ruego y te pido una vez más, que me hagas más perra, mas puta. Tus palabras acarician y encadenan, tus gestos dan placer de cualquier manera y forma, el dolor se suple con un estado indescriptible en el que en otras situaciones no se podría soportar.

Te quiero
Tu putísima zorra que desea estar encadenada; encadenada de coño y tetas a tus manos.

Posted on 14:45 by M. de un macho corneador and filed under | 5 Comments »