Te suplico que preñes a tu perra, a tu puta zorra



A veces me dices palabras que me hacen más perra, me das pistas para que mi imaginación y mi libido se dispare. Hace unos días me dijiste que deseabas preñarme como una perra; una perra que mueve su culo poniéndolo en pompa a disposición de la primera polla que quiera desahogase dentro de ella.

Tus palabras comenzaron a retumbar en mi cabeza, en mi coño mojado, humedecido por esas palabras y todavía hoy las oigo y me enloquecen. Así que me pongo a cuatro patas y te busco insistentemente. Sigo a MI AMO, te busco a cuatro patas, muevo mi culo en círculos ante ti para incitarte, para provocarte con mi coño abierto y jugoso para ti. Necesito sentirme expuesta ante ti, follada y usada para tu exclusivo placer. A veces me miras con dulzura, otras haces que ni me ves, mientras yo estoy esperándote; esperando que de nuevo me des el placer de sentirme usada por ti. Más usada aún.
- ¿Qué quieres? - me dices, en tono serio, de Amo que lleva las riendas de esta pobre perra, feliz por estar a tu lado.
- Préñame, mi amo, te lo suplico. Préñame, como una perra; préñame para llevarte dentro permanentemente, para tener de ti el bien más preciado, el fruto de mi sumisión por ti.
- ¿De verdad lo deseas?
- Sí, te lo suplico. Préñame como tu zorra; como una zorra que esta para el placer y procrear las veces que su macho desee.

Y tú me miras y sonríes, con esa mezcla que me envenena de dulzura y seriedad.
- De acuerdo. Lávate bien tu coño de puta, porque te quiero limpia. Lava tu coño de perra, tu culo de puta, tus tetas de cerda y espérame a cuatro patas junto a la cama.

Y eso hago entusiasmada y alegre, y me voy luego al dormitorio para esperarte. Y tú no tardas en llegar. Sé que no debo mirarte y permanezco a cuatro patas junto a la cama, ofrecida y quieta. Me azotas las nalgas, preguntándome si deseo que me preñes, si estoy segura de ello, si sé que mi cuerpo no será el mismo, que mi vientre se hinchará con el tiempo, que tal vez, sólo tal vez, no podré ser tan puta como deseas y buscarás a otra sumisa que me sustituya.
- Me da igual, mi Amo. Deseo sentirte, deseo llevarte dentro y eso es lo que más deseo en este mundo. Ser tu perra preñada.
- ¿Estás segura?
- Sí, Amo. Incluso preñada seguiré siendo puta, tu puta.

Y tú sonríes al oírme y me colocas las pinzas en las tetas, agarras la cadena que las une, me levantas y me llevas a la cama.
- Ábrete, zorra, quiero que te expongas a mí, que te ofrezcas, porque te voy a empreñar como una cerda. Si así lo deseas, así será.
- Si, Amo, lo deseo con toda mi alma.
- Pues entonces te tendrá atada a esta cama hasta que te quedes preñada. Te voy a usar, a follar sin piedad.
- Sí, Amo. Te lo suplico.
- Pues ponle ganas porque te aseguro que no saldrás de esta cama hasta que esté seguro de que has quedado preñada de mi.

Y me atas las manos y las piernas, dejando mi coño abierto.
- Te voy a follar, pero no tu coñito caliente, sino por tu boca, porque antes de preñarte te voy a llenar tu boca, tus tetas y tu culo de mi semen.
- Si, Amo. Es lo que más deseo.
- Y finalmente, si me apetece, llenaré tu coño.
- Si, Amo, te lo suplico.
- Hoy respeto tu deseo, pero quiero que sepas que será cuando y como y quiera, porque ahora debo de irme, puta, pero tú descansa y desea más aún lo que me has suplicado.
- Si, Amo, Lo haré.
- Y recuerda que así te voy a tener hasta confirmar que mi semilla ha germinado dentro de tu puto coño de perra salida.
Posted on 14:11 by PZ and filed under | 1 Comments »